El fallo de la Sala III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, dictado en la causa “Quinteros, Federico Nicolás s./ robo con armas”, (causa nº 58.081/14 Reg. nº 158/16) rta. el 8/3/2016, por el cual los vocales María Laura Garrigós de Rébori, Pablo Jantus y Eugenio Sarrabayrrouse, casaron la resolución y absolvieron a Federico Nicolás Quinteros.
En el caso, un tribunal oral había resuelto declarar la nulidad del requerimiento acusatorio formulado por el Ministerio Público Fiscal y, en consecuencia, del debate, ordenando que se lleve a cabo un nuevo juicio por parte de otro tribunal. La defensa recurrió lo dispuesto.
María Laura Garrigós de Rébori, a cuyo voto adhirió Pablo Jantus, señaló que la defensa tenía razón en su reclamo y que los debates siempre deben concluir con el dictado de una sentencia de absolución o de condena. Que las nulidades procesales deben interpretarse restrictivamente y que, en el caso, el tribunal no dio argumentos para sostener que algunos de los actos realizados durante el debate, previo al requerimiento acusatorio, puedan ser declarados nulos. Que enviar las actuaciones a otro tribunal, traería como consecuencia una reedición de toda la etapa anterior a la discusión final, con la consecuencia de que se estaría ante un supuesto de violación del principio ne bis in idem. Por ello, dejando en claro que en el caso no se escuchó a la defensa, porque luego de la declaración del alegato fiscal no hubo alegato por su parte sobre el fondo, no habiéndose respetado la contradicción y, debido a la defectuosa situación, votó por hacer lugar al planteo de la defensa y absolver a Quinteros.
Eugenio Sarrabayrouse, explicó los tres inconvenientes que advertía que el caso presentaba: a) los alcances de las facultades del Ministerio Público Fiscal en la etapa del juicio; b) determinar qué potestades tiene el tribunal cuando no esta de acuerdo con la valoración de la prueba hecha en el alegato fiscal; y c) definir cuál es la solución que corresponde adoptar. Hizo un repaso por los fallos que hubo al respecto, tanto en la C.S.J.N. como en otros órganos jurisdiccionales, individualizando las dos posturas que, en definitiva, existen en torno al tema y afirmó que, como toda creación pretoriana, no esta claro qué límites tienen los jueces frente a un alegato fiscal que no comparten. Ingresando al análisis del caso, indicó que la decisión recurrida fue adoptada luego del alegato fiscal, sin escuchar previamente a la defensa y sin dar por concluido el debate, por fuera del modo normal de conclusión del debate. Que puede advertir que lo que hubo fue una discrepancia en la valoración de la prueba y que el tribunal no tenía facultades para anular el alegato, menos sin haber escuchado a la defensa. Por ello, por ser la decisión impugnada arbitraria, votó por anularla de acuerdo con los arts. 123 y 456, inc. 2°, CPPN.
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