Resumen:
El sentido común puede sentenciar que no habría motivo por el cual una persona confesaría un delito que no ha cometido -valga la contradicción-, lo que nos llevaría a concluir que si dicho sujeto confiesa un acto u omisión que debe ser penado, es porque en última instancia resulta ser su autor/a. ¿Es suficiente con ello?
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