El fenómeno de la Macrocriminalidad, protagonista de la Política Criminal del siglo XXI, impacta en la investigación penal invirtiendo su orientación temporal. La investigación paulatinamente deja de ser una actividad apuntada a la reconstrucción del hecho (orientación retrospectiva) para convertirse en el monitoreo de actividades en curso y predicción de conductas futuras (orientación prospectiva). En el presente trabajo se analizará cómo este cambio de orientación incentiva la expansión de actividades de vigilancia que no son incorporadas al proceso penal, conformando un espacio no trazable fuera del control del imputado. Se verá cómo este espacio, lejos de ser independiente del proceso penal (espacio trazable), se interrelaciona con él en un mismo Sistema de Vigilancia. Esta concepción sistémica resultará fundamental para determinar qué reformas procesales son capaces de desincentivar el crecimiento del espacio no trazable, y consecuentemente, mitigar sus resultados negativos.
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