Violencia sanitaria externa: un problema de salud laboral y su repercusión legal

La violencia laboral sanitaria externa es una problemática cuyo crecimiento no se detiene. Pese a eso, los profesionales de la salud no están protegidos por normas específicas. Ante la ocurrencia de agresiones por parte de pacientes o de allegados a ellos, los agentes sanitarios quedan expuestos a situaciones que tienen como correlato consecuencias para su salud física y mental.
Los hechos violentos en el ámbito hospitalario dejan al descubierto la necesidad de que desde el Estado se genere el marco legal específico para actuar ante esos casos, en pos de la protección de los derechos de los trabajadores. Una legislación específica otorgará a los damnificados una reparación y una cobertura adecuada, en un marco de equidad.
En este trabajo se hará un recorrido por algunos documentos específicos, que nacieron en el marco de asociaciones de médicos y sociedades científicas, pero que no suplen, en modo alguno, la intervención del Estado.
Por último, se advierte la necesidad imperiosa de regular este aspecto de la violencia laboral en las instituciones de salud, con graves consecuencias tanto para las instituciones como para las víctimas.
La violencia laboral sanitaria externa es una problemática cuyo crecimiento no se detiene. Pese a eso, los profesionales de la salud no están protegidos por normas específicas. Ante la ocurrencia de agresiones por parte de pacientes o de allegados a ellos, los agentes sanitarios quedan expuestos a situaciones que tienen como correlato consecuencias para su salud física y mental.
Los hechos violentos en el ámbito hospitalario dejan al descubierto la necesidad de que desde el Estado se genere el marco legal específico para actuar ante esos casos, en pos de la protección de los derechos de los trabajadores. Una legislación específica otorgará a los damnificados una reparación y una cobertura adecuada, en un marco de equidad.
En este trabajo se hará un recorrido por algunos documentos específicos, que nacieron en el marco de asociaciones de médicos y sociedades científicas, pero que no suplen, en modo alguno, la intervención del Estado.
Por último, se advierte la necesidad imperiosa de regular este aspecto de la violencia laboral en las instituciones de salud, con graves consecuencias tanto para las instituciones como para las víctimas.