En este trabajo se exploran algunos de los cambios que produjo la aparición de la COVID-19 hacia el interior de la justicia penal en Argentina, más en concreto, en su fuero federal, que fue el encargado de la persecución de las infracciones a las restricciones que se tomaron para evitar la propagación de la pandemia. Los autores escogieron un enfoque metodológico cualitativo, específicamente entrevistas semiestructuradas a quienes ostentan los cargos más decisivos como titulares de juzgados y las respectivas secretarías, analizando sus percepciones en torno al fenómeno planteado. A partir de esto, se exploraron cuáles han sido las reconfiguraciones más relevantes para las y los actores judiciales en su funcionamiento cotidiano. En este sentido, los resultados a los que arriban tienen que ver con el trabajo remoto y sus derivaciones respecto a los plazos de tramitación más breves, el incremento significativo de causas vinculadas al incumplimiento de las restricciones tomadas por el poder ejecutivo con el objetivo de evitar la propagación de la COVID-19, el paso de una gestión individual a otra colectiva de dichas causas que permitió aminorar el impacto del mayor caudal de procesos abiertos, el lugar que ocupó el secuestro de vehículos junto a la reacción de quienes padecían esos secuestros y la respuesta de la justicia propensa a considerar —especialmente las motos— como herramientas de trabajo de las personas. Como conclusión general de esta investigación, señalan la importancia del trabajo en común por parte de los integrantes de la justicia penal y la búsqueda de acciones coordinadas con base a una pluralidad de compromisos en un contexto inédito como el de la pandemia.
Plataforma de cita original: https://revistas.udem.edu.co/index.php/opinion/article/view/3924
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