Este
artículo argumenta que el control de identidad es una amenaza a la
construcción de un espacio público en donde todas las personas sean
tratadas con igual respeto. Se sostiene que en
sociedades desiguales el
ejercicio de facultades
policiales preventivas afecta desproporcionadamente
a grupos desaventajados,
creando o reforzando
estereotipos, jerarquías sociales y segregación
urbana.
Para aseverar lo anterior
se revisa la discusión parlamentaria
suscitada por la creación de dicha facultad
policial así como en sus posteriores
reformas. Luego, a partir de denuncias de la ciudadanía y algunos
casos penales se analizan algunas pistas de
cómo el control de identidad se ha
usado en la práctica. A pesar de que cerca
de dos millones de controles se efectúan al año este artículo
constata una preocupante falta de información acerca de las
circunstancias y personas sometidas a dichos procedimientos. Por ello
se recurre a la discusión británica con respecto a un poder
policial similar, poniendo en evidencia el potencial discriminatorio
de la institución.
Dic
15
2015
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