La
Casa de Detención de Recife durante la segunda mitad del siglo 19
fue el lugar donde los presos de varios delitos fueron enviados bajo
custodia, investigación y encarcelamiento hasta la decisión final
de la corte. No siendo una institución dedicada a los servicios de
salud mental, era común encontrar entro sus residentes identificados
como alienados, como se muestra en la documentación encontrara en
los Archivos públicos del estado, en donde encontramos documentación
indirecta y directa. Para identificar discursos y prácticas de
locura de dicha sociedad, identificamos los oficios dirigidos a la
jefatura policial de la detenida Felicidad y de los detenidos Joaquim
Policarpo, Jesus Bandeira y Angelo Custódio dos Santos. Si bien
fueron detenidos en la misma condición, fueron llevaron de distintas
formas de acuerdo a su comportamiento, sujetos a destinos separados:
la continuidad en la cárcel, como en el caso de las mujeres,
traslado al Hospital de alienados o liberados como se percibió en la
orden oral, falta de lugares adecuados para ubicarlos, y la no
pertenencia a ninguna de ellas, a la calle, el hogar, la cárcel;
transformándolos en indigentes sociales y a menudo enviados bajo sus
propios recursos a la comunidad para volver a ser detenidos. La
institución de detención es presentada como un reflejo de discursos
de la sociedad de Recife de dicho período, demostrando su
disposición cruzada (panoptismo) imponiendo miradas y controles
sobre los individuos y cuerpos, empleados y presos, órdenes y
desórdenes, separándolos de la convivencia ciudadana como corruptos
de la norma, modificandose no sólo los aspectos externos
arquitectónicos de la ciudad, como la individualidad interna de los
mencionados alienados.
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