RESUMEN:
La columnade Tomás Fernandez Fiks aborda la cuestión de la posible criminalización del negacionismo en el contexto de la coyuntura electoral actual y las violaciones masivas de derechos humanos en el pasado. Aunque reconoce la inquietud legítima en torno a los discursos que cuestionan hechos históricos ampliamente documentados, argumenta en contra de la criminalización por diversas razones fundamentales. Primero, destaca el riesgo de que la prohibición de ciertos discursos pueda generar un efecto de amplificación, aludiendo al fenómeno conocido como el "efecto Streisand". Además, el autor contextualiza su postura en el marco del derecho penal argentino, fundamentado en el principio de daño y la noción de ultima ratio, lo que dificulta la justificación de la penalización del negacionismo. Por último, resalta la importancia de preservar la libre circulación de ideas en una sociedad democrática, proponiendo abordar los discursos negacionistas mediante el cuestionamiento y refutación de sus premisas y fundamentos, en lugar de recurrir a la intervención punitiva del sistema judicial.
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