Las ideas que se esbozan a continuación, han sido motivadas por mi experiencia como abogada litigante en el fuero penal, ya sea como defensora o como querellante. En ese rol me he desempeñado en variedad de conflictos que han sido gestionados mediante la administración de la justicia penal. Ese desempeño puede ser desarrollado tanto en instancias escritas como orales, lo que me ha permitido ser una observadora de la temática que propongo abordar aquí. Sobre todo, me gustaría enfocarme en la etapa oral del litigio.
Ser “mujer profesional” no es un lugar cómodo ni fácil, esto no es ninguna novedad. Podrían ser estas líneas una etnografía que dé cuenta de cómo los roles que se atribuyen lo “femenino” - mujeres o personas feminizadas, y diversidades- limitan nuestras capacidades de actuación, menospreciando la tarea laboral realizada. Sin embargo, he pensado que sería posible ensayar a partir de la experiencia personal cuestionamientos no solo de las “formas” utilizadas en el derecho, sino también de su “contenido”.
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