Doctrina
Dic
08
2017

La cárcel como institución social límite.

Los efectos subjetivos de las instituciones
carcelarias han sido 
line-height:107%;font-family:"Arial",sans-serif;mso-fareast-font-family:Calibri;
mso-fareast-theme-font:minor-latin;color:#222222;mso-ansi-language:ES;
mso-fareast-language:EN-US;mso-bidi-language:AR-SA">claramente descriptos por Goffman como aspectos comunes de lo
que este 
autor denominó instituciones totales, principalmente a partir
de las 
prácticas y discursos que las caracterizan. También Foucault
resulta, 
en este sentido, una referencia obligada para este análisis. No obstante, desde las ciencias sociales y humanas en general, y
desde la 
psicología en particular, no se produjeron aportes significativos al
respecto de 
los efectos de la rutina carcelaria en la salud mental de los internos. De esta forma, la amplia producción generada por la
crítica 
a los manicomios no se trasladó a este otro espacio
institucional, 
parcialmente parecido al anterior.La categoría de institución
límite 
que se introduce en este ensayo pretende aportar a este
debate, 
entendiendo que esta situación de borde tiene que ver con su
condición 
de contención de poblaciones cuyas formas relacionales
representan en 
parte espacios de socialización y vínculo distantes  e los
modelos 
sociales a partir de los cuales se diseñan las políticas de resocialización.De esta manera, el fracaso de las políticas carcelarias indica también la necesidad de pensar formas de
punición 
que dimensionen estas barreras simbólicas, culturales y
sociales.

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