Este
artículo se propone reflexionar sobre una paradoja. El continente
latino americano es el más violento del mundo por sus altos niveles
de homicidios. Sin embargo sus habitantes, muy religiosos, se
adhieren al cristianismo que pregona la paz. Si muchos religiosos
luchan heroicamente contra la violencia, afirmamos que existe una
afinidad, según la idea de Weber, entre ciertas creencias y
prácticas cristianas y la violencia. Frente al Dios todo poderoso,
premiador y castigador de la piedad popular y de muchos grupos
evangélicos, existen dos comportamientos posibles: la obediencia sin
discusión o la transgresión. Este Dios restablece el orden con
fuerza y hasta violencia. Estas mismas situaciones se repiten en la
sociedad con su característica cultura de la transgresión
(Portocarrero): la violencia divina puede legitimar la actitud de los
gobiernos autoritarios. La solución no es más disciplina o
represión sino más diálogo.
Sep
01
2016
Afinidades entre religión y violencia: El ejemplo de las periferias urbanas peruanas
Por: Veronique Lecaros
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