durante
los últimos años se está
produciendo un cambio en las
instituciones penitenciarias, fenómeno producido
en parte por la creciente inmigración
en nuestro país y los importantes
cambios legislativos en materia penal.
Esto supone, no solo el aumento
de los internos en los centros penitenciarios, sino
también la entrada de personas pertenecientes a distintas culturas y
étnias que han de convivir y compartir diariamente espacios
reducidos.Y es precisamente esta convivencia la que, en muchos casos,
produce conflictos e incompatibilidades entre los internos y la
necesidad de separarlos para restablecer el orden en el centro. Tanto
para los internos como para la institución penitenciaria, el hecho
de trasladar a un interno a otro
departamento o módulo por
incompatibilidad genera múltiples
problemas de organización y
administrativos, y no responde al
problema en sí, esto es, el
evitar que esos conflictos vuelvan a
repetirse tras la separación. Para ello,
se debe buscar una estrategia que,
junto con los demás proyectos de reinserción social y en
colaboración con profesionales de las distintas especialidades,
permita a los internos solucionar los problemas entre ellos a través
de la vía del diálogo y la cultura de la paz.Esta
alternativa de resolución de conflictos
ya es utilizada en distintos ámbitos
sociales españoles incluido el
penitenciario. Prueba de ello
lo encontramos primero en
Centro Penitenciario de Valdemoro y
posteriormente en la de Zuera, en
Zaragoza, centros en los que esta
iniciativa ha dado buenos resultados
según Mercedes Gallizo, directora de
Instituciones Penitenciarias.
Doctrina
Ene
13
2016
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