La aplicación de la ley de drogas en América Latina opera en un contexto de fragilidad institucional en el que la ‘guerra contra las drogas’ ha fracasado en gran medida en su objetivo de reducir la oferta y la demanda, a la vez que ha generado nuevos problemas y notables daños colaterales. La modernización de la aplicación de las leyes de drogas puede ser una fuerza para impulsar el cambio del sistema de justicia penal y, quizá, mostrar el camino para reparar un sistema que no funciona. El ‘desafío de los cuatro puntos débiles’ (premisas erróneas, objetivos e indicadores equivocados, instituciones débiles, y peores resultados) esboza los cuatro grandes desafíos para modernizar la aplicación de las leyes de drogas en la región.
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