Una
confluencia de factores –que crearon una
tormenta perfecta -interfirió con
el aumento,
prácticamente inmanejable,
de encarcelamientos y, consecuentemente ha contribuido a la aparición
de una nueva sensibilidad que define
el continuo encarcelamiento masivo como
insostenible. En este contexto, la
reducción de las prisiones de Estados
Unidos de Norteamérica se ha materializado como
una posibilidad viable. Para los progresistas, que han llamado mucho
a la moderación en el uso de
la encarcelación, el reto consiste en
saber si la promesa de reducción
puede cumplirse. El fracaso de las
reformas pasadas destinadas a la
excarcelación se erige como un
recordatorio aleccionador de
que las buenas intenciones no
se traducen fácilmente en
buenos resultados. Además, otras razones del por qué
existe la reducción penitenciaria significativa
bien podrían fallar (por ejemplo, las enormes escalas de
encarcelamiento que deben ser
confrontadas y evaluadas, los
limitados mecanismos disponibles para
liberar presos, la falta de programas
alternativos de calidad). Sin embargo,
también existen razones para el optimismo,
la más importante de las cuales
es la legitimidad menguante del paradigma
de la encarcelación en masa, lo que
ha producido esfuerzos para reducir
las poblaciones de presos y cerrar las
penitenciarías en varios Estados. El
tema de la reducción de personal
también se mantendrá a la vanguardia
del discurso penitenciario debido a la
reducción de encarcelamientos ordenada por la corte en
California. Este experimento está en curso, pero es revelador de las
dificultades que enfrenta la reducción de la población
en prisión; la iniciativa
parece estar produciendo resultados
mixtos (por ejemplo, la
reducción de la población
prisiones estatales, pero el aumento
en las poblaciones de las cárceles
locales). Al final, la reducción exitosa debe ser "liberal,
pero no ingenua." Por lo tanto,
los esfuerzos de reformas
deben
guiarse no sólo por los valores
progresistas sino también por una
clara dependencia de los conocimientos científicos sobre las
correcciones y en una disposición a
abordar las cuestiones pragmáticas que
pueden frustrar las buenas intenciones.
En última
instancia, la "criminología de reducción
penitenciaria" se debe desarrollar para
fomentar las intervenciones políticas eficaces.
Dic
01
2015
Liberal pero no ingenuo: el encuentro con la promesa de reducir el tamaño de las prisiones
Por: Francis T. Cullen
,
Por: Joan Petersilia
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