En
las sociedades occidentales contemporáneas la corrupción presenta
una profunda contradicción interna: la apropiación política del
fenómeno en tanto funcional para el mantenimiento del sistema
imperante, y la motivación jurídica que pretende modificar lo
existente. Esto ha originado una tensión entre lo jurídico-judicial
y lo político-legislativo-ejecutivo, la cual es posible poner de
manifiesto en dos situaciones sociales específicas: el síndrome
normativo y la eficacia simbólica. En estos dos eventos, el
poder-decir jurídico pretende imponerse sobre el ejercicio político
estricto, imponiendo no sólo su lógica sino también su escala de
valores. Pero lo político estricto no soporta ataduras, máxime que
el poder se llama a sí mismo, y es en estos escenarios donde lo
político intenta la consecución de su principal fin: crecer, por
medio de la sujeción del discurso que paradójicamente pretende
controlarlo: el Derecho.
Este
aparatoso y complejo proceso de interacción entre lo jurídico y lo
político, en lo que a la corrupción se refiere, tratará de ser
explicado en el presente artículo. Para este efecto será necesario
explorar el sentido y el alcance de la corrupción en la
contemporaneidad, así como de la eficacia simbólica y del síndrome
normativo, para luego establecer las conexiones entre estos tres
órdenes.
Doctrina
Nov
30
2015
La corrupción: tensión entre lo político y lo jurídico
Por: Andrés Botero Bernal
Comentar