Sep
16
2015

Drogas en Movimiento: Un nuevo espacio para debatir la política de drogas


Durante
más de cincuenta años se ha librado a nivel global una batalla
abierta contra las drogas que ha tenido consecuencias directas sobre
la vida de millones de individuos en todas partes del mundo. No
obstante, a pesar de los miles de millones de dólares que dicha
guerra ha implicado y los altos costos humanitarios a ella asociados,
no se ha logrado prevenir el incremento en el suministro y consumo de
drogas. 

La
llamada “guerra contra las drogas” ha privilegiado un enfoque
punitivo que prevé terminar con la oferta de drogas a nivel mundial
por encima de la vigencia propia de los derechos humanos. Los efectos
de dicha estrategia han sido ampliamente documentados: vulnera los
derechos humanos y aumenta el estigma y la discriminación; amenaza
la salud pública y disemina mayores enfermedades; socava el
desarrollo y la seguridad internacionales; y desperdicia miles de
millones de dólares en acciones para la aplicación de leyes poco
efectivas. 

La
estrategia prohibicionista ha tenido un impacto negativo
particularmente en las y los jóvenes alrededor del mundo. Desde el
estigma y discriminación que enfrentamos por el hecho de ser
jóvenes, hasta graves violaciones a los derechos humanos de quienes
usan y no usan drogas. Restricciones para acceder a servicios de
salud, detenciones arbitrarias e incluso torturas son parte de los
efectos negativos que ha tenido el prohibicionismo sobre las
juventudes. 

Actualmente
se discuten en diversas partes del mundo algunas alternativas que
pudieran poner fin a la visión punitiva y restrictiva frente a las
drogas. Si bien en algunos países se contempla el establecimiento de
penas no privativas de la libertad para el consumo de drogas, en
otros países ya se discuten – e incluso ya se han aprobado –
proyectos de ley para despenalizar la posesión o el consumo de
drogas. Asimismo, las políticas de reducción de daños comienzan a
expandirse a lo largo del mundo, cambiando el paradigma prohibitivo
que por tantos años ha privado. 

Por
ello, ante los nuevos escenarios que se presentan, resulta primordial
que las y los jóvenes formemos una mirada crítica ante los posibles
cambios. Al ser nosotros quienes más sufrimos de los efectos
negativos del prohibicionismo, es fundamental hacernos escuchar y
contar con propuestas sólidas que nos permitan aportar a un debate
que tendrá un impacto directo sobre nuestra vida diaria.

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