En las últimas décadas, el número de personas
privadas de libertad a
107%;font-family:"Arial",sans-serif;mso-fareast-font-family:Calibri;mso-fareast-theme-font:
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nivel mundial no deja de crecer. Desde
el año 2000 la población
reclusa masculina aumentaba
en un 18% mientras la población
reclusa femenina lo hacía en un 50%. También
comprobamos que la pena
preferente para ciertos delitos como el robo o
el tráfico de drogas es
la cárcel, y la mayoría de las mujeres
encarceladas lo están por estos
dos delitos. Pero el encarcelamiento, ¿qué
costos reales tiene para la
sociedad? ¿Están contabilizados? ¿Son conocidos
por los jueces? ¿Nos
cuesta más encarcelar que prevenir? ¿El costo
social del delito es
menor que el costo de
aplicar las penas?. Analizando algunos
estudios existentes desde
una aproximación a la disciplina de
la Economía del Delito,
unido a las aportaciones de la
Economía Feminista sobre la
visibilización del trabajo de
cuidados y mantenimiento
de la vida, podemos comprobar cuáles
son los
elevados costos sociales de encarcelar a las
mujeres por delitos de
tráfico de drogas o delitos no violentos y cómo
este encarcelamiento,
además, no ha logrado acabar ni reducir estos
delitos. Por lo que
sería urgente revisar la política de drogas a
nivel mundial y buscar
alternativas a las penas de prisión de las
mujeres por delitos no
violentos. Unas medidas que beneficiarían a la
sociedad en su
conjunto.
Doctrina
Feb
14
2018
Los costos del encarcelamiento de las mujeres
Por: Alicia Alonso Merino
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