La
obligación estatal de brindar seguridad a los gobernados resulta
pieza toral dentro de los postulados de un Estado Democrático de
Derecho, el cual debe atender a un respeto irrestricto
de los derechos fundamentales de
quienes deben ser su principal objeto
de resguardo, ello implica el diseño de una política criminal
alineada a estándares garantistas adoptados a través de las
reformas constitucionales del 2008 y 2011. Asimismo, las autoridades
legitimadas para participar en funciones de seguridad pública deben
ser
quienes, para tal efecto, posean por imperio de ley
facultades para intervenir operativamente, pues participar de facto
ocasionaría vulneraciones al plano normativo y a la esfera jurídica
de los gobernados.
Sep
21
2016
Fuerzas armadas y seguridad: Ambivalencia crítica en el México democrático
Por: Alan Jair García Flores
,
Por: Arturo Miguel Chípuli
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